4.9.13

Del cuaderno de Maya Deren, 1947

[a Claudio Caldini]

16 de febrero
Justo cuando coloqué la película balinesa en el visor comenzó la fiebre. Es una sensación que no se puede recordar del pasado sino que sólo se puede experimentar en un sentido inmediato. Me refiero a lo mismo que sucede con el dolor, se puede recordar haber sufrido dolor, e incluso la reacción al dolor, pero es imposible recrear de memoria el dolor en sí mismo salvo en raras ocasiones.
El psicosomatismo es la re-creación inmediata de la memoria no recordada.
Como sea, aquí, de repente, está la extraña fiebre y excitación. ¿Será porque al sostener una película con la mano se sostiene la vida con la mano?
S[acha Hammid] y yo discutimos ayer. Me quejé de que el visor de películas era de mala calidad y que no podía ver con claridad, a lo que él contestó que no existían visores de mejor calidad y que sería más conveniente usar un proyector. Pero yo no quería hacer eso.
El contacto físico inmediato con la película, la cercanía de la imagen, el control muscular automático de su velocidad –el hecho que a medida que giro la rebobinadora del visor mis impulsos y reacciones hacia la película se traducen en impulsos musculares a la película directamente, sin máquina de por medio (botones, perillas, etc.), entre la película y yo–. Todo esto me parecía muy importante, en especial al tratarse de una película que no era mía. Este contacto físico crea un sentido de intimidad. No es una imagen independiente de mí, proyectada en una pared, de la cual soy una espectadora. Es inmediata, directa y únicamente para mis ojos. Cobra vida gracias a la energía de mis músculos.
Más adelante, por supuesto, utilizaré el proyector para conseguir la velocidad correcta, etc. Pero primero debe ocurrir esta cópula definitiva entre la película y yo; y de ella nacerá el niño independiente que será proyectado en el Provincetown Playhouse mientras tomo algo en un bar cruzando la calle.
Realmente “realizada por Maya sin película”. Es la máquina de cine la que hace de mujer embarazada. De esto surge el respeto de los artistas masculinos hacia el medio: del hecho que son menos espontáneamente autoexpresivos y se preocupan por las máquinas del instrumento que fecundan, ¿mientras que la mayoría de las artistas femeninas son mejores cuando son algo espontáneas? Me refiero a que las mujeres deberían ser, por ejemplo, cantantes –ellas mismas la fuente de la acción–, mientras que los hombres son compositores –¿fecundadores de los instrumentos de la orquesta?–. O que las mujeres sean actrices en vez de guionistas, lo que responde al mismo principio.
Sí, una vez dije esto al revés. Que la mujer se expresa a sí misma a través de la creación de otro ser humano, así sea un niño, o el amante a quien inspira, o el marido al que protege y alienta, mientras que los hombres se expresan de manera directa.
Ahora he dicho lo inverso. Que, como artista, la mujer es su propio medio, mientras que los hombres fecundan algo. Algún día deberé pensar esto a fondo.
Como sea, para mí, este contacto físico con el instrumento cinematográfico parece haber sido siempre inicialmente importante. La cámara Rolleiflex que puedo sujetar entre mis manos, firmemente con el cuello, apretar contra mi pecho y aguantar la respiración al momento de disparar el obturador. O la Bolex, con la vibración del motor corriendo a través de mi brazo. Me gustaría filmar completamente con la cámara en mano pero, por supuesto, esto la limitaría. Como un gato, a veces permite ser sujetada amigablemente. Pero hay ocasiones en las que hay que dejar que se pose sobre sus propias piernas de trípode.
Pienso que toda persona debería al menos comenzar con esta sensación física. Una vez establecida, ambas partes se entenderán y podrán trabajar juntas, separadamente.
Desearía poder sumergirme en la película balinesa. Maldito artículo de montaje…

19 de febrero
Bueno, gracias a haberme quedado toda la noche despierta finalmente terminé ese artículo sobre montaje [“Creative Cutting”, aparecido en Movie Makers, mayo-junio 1947]. Un buen artículo, pienso. No tuve tiempo para adentrarme en el tema del ritmo, pero de todas formas ¿cómo se puede discutir eso en términos generales? Este artículo es un buen ejemplo de lo que sucede si se sintetiza conscientemente un principio a partir de una habilidad y se lo reaplica en un nivel superior. Me refiero a que la mayoría de las técnicas de montaje que menciono ya son empleadas en las películas de Hollywood pero en su nivel pragmático más bajo.
Esta es la limitación del pragmatismo: es no-creativo por el hecho de ser no-teórico.
Conciencia de lo hecho, y luego el principio aplicado en un nivel superior.
Ahora, gracias a dios, puedo ponerme a trabajar en la película. Debo recordar explicarle alguna vez este punto sobre la conciencia creativa a [Margaret] Mead, ya que parece entender a la creatividad y a la conciencia como cosas de alguna manera opuestas.


Texto aparecido originalmente en la revista October (Vol. 14, otoño de 1980).
[En la imagen, Maya Deren y un gatito.]